El examen de fin de curso.

El examen de fin de curso.

18 abril 2020 13 Por John Bali

Llevaba casi un año colaborando con AFP y todo me estaba saliendo de maravilla, casi cada tema que hacia me marcaban un ‘Top-Shot‘, es decir una de las mejores fotos a nivel internacional de la agencia, un lujo!, habia publicado en los mejores diarios del mundo: NYTimes, Washington Post – aquí mi hermano y amigo Santi, me decía: en el WP hay un tío que se sabe ya tu apellido de tanto publicarte fotos- Times, etc. Incluso día “la foto del día“ de la agencia fue de mi segundo trabajo.

También me habían puesto como fotógrafo de ‘assignments‘, que quiere decir que todo lo externo que llegaba a la agencia me lo asignaban a mi, gracias a ello ya había viajado varias veces a Myanmar, Laos, Vietnam etc. vamos un sueño hecho realidad. Pero ya se sabe aquel refrán chino que dice: “cuidado con lo que deseas, porque a veces se cumple“…y vamos si se cumplió. Joder…

 Una tarde tras enviar fotos de unos disturbios de unas manifestaciones políticas, me llama Christophe Archambault, mi jefe en Bkk y me dice que tengo un trabajo para la revista “Le Point“, el encargo viene de la oficina de Paris directamente, en concreto del jefe de fotografía en Francia, el encargo era en Laos y que me pasase por la oficina. Así que fui para allí, me entregaron un texto escrito por un redactor de la revista, junto a dos billetes de avión uno para el sábado y otro de vuelta para el martes, hasta ahí todo correcto hasta que empecé a leer el texto…que quedé mirando a Christophe y le pregunte en tono sarcástico si aquello era una broma o bien era el examen fin de curso al cumplir como he dicho un año y estar en junio. Él tan solo se encogió de hombros y me repitió que aquello venia de Paris (la capital francesa para los que no lo sepan es la sede central de la agencia). 

Me llevé el texto a mi apartamento para leerlo con calma, salía de viaje en 24 horas. El texto en cuestión hablaba de un lugar en Laos justo en el famoso Triangulo de Oro, allí había una ciudad en una tierra de nadie donde la moneda principal era el Yuang (moneda china), pues todos sus habitantes eran de dicho país y se había construido un casino, el lugar preferido de la mafia china para hacer sus negocios con la Metanfetamina, también de los asesinatos que había cometido la mafia y por supuesto del mercado de prostitución que allí existía. Vamos lo que se llama una joyita de encargo y solo tenia 48 horas para estar allí hacer el trabajo y largarme, luego casi lo agradecí. 

 El plan era pasar desapercibido, que nadie notase mi presencia allí y mucho menos que supiesen que era fotoperiodista, el plan ya estaba trazado. Y claro cuando uno hace planes, siempre salen como uno piensa…o al menos es lo que uno espera.

 Tenía el vuelo a Chiang Rai al medio día e iba en taxi al aeropuerto cuando me llama David, un colega de Bkk y me dice: has visto el Bangkok Post de hoy? Sales en la portada!!!…Que!? le pregunto, me envía la foto por whatsapp y allí estoy yo en una foto a toda castaña en la portada durante los enfrentamientos de policía con manifestantes…empezamos bien con el plan establecido: pasar desapercibido…

 Tras el vuelo y un desplazamiento en taxi a la ciudad de Sop Ruak a unos 70 km del aeropuerto. Llegué a primera hora de la tarde, busqué un hotel de la ciudad donde en mi profesión puse “mecánico“ y empecé a averiguar como llegar a ese casino que estaba al otro lado del rio.

  Para los que no lo sepan el Triangulo de Oro se llama así a parte de que era el principal lugar de venta de opio, porque en el rio Mekong junto a su afluente el Ruak forma un curioso triangulo con los países de Laos, Myanmar y Tailandia. 

 Allí descubrí que para llegar al casino, tenia que tomar una lancha del casino que me llevaría allí, así que esperé a la mañana siguiente. No podía perder tiempo, el avión de vuelta salía el martes al medio día y mañana sería domingo. No podía fallar y además, que podía salir mal?.

 Esa mañana me recogió un trabajador del Casino llamado Yai – no se puede llegar por cuenta propia –  al llegar al otro lado del rio, allí había una especie de garita fronteriza, donde me obligaron a dejar mi pasaporte, me sería devuelto a la salida sin ningún sello ni señal de que había entrado en un país, sin ningún resguardo ni nada…ni puta gracia me hacia aquello, pero bueno, es lo que hay.

 Y ahí empezó lo “divertido“, Yai me pregunto que hacía, a lo que yo le contesté que era un arquitecto que me gustaba visitar casinos por el mundo – yo solo sé jugar a la brisca, el cinquillo y al remigio y creo que de todo esto, nada se juega en el casino- . Me dijo que me acompañaría al hotel y luego entraríamos juntos al casino, bueno así conocería un poco el terreno.

 Al ir llegando al casino, vi que aquello era un pueblo en construcción donde a parte de un mercado, cuatro casas y muchos locales de “señoritas que fuman“ no había nada mas, pero lo peor era que: Yo era el único occidental en aquel lugar!. Me registré en el hotel y fuimos hacia el casino, ya en el camino vi que mi presencia no pasaba desapercibida…claro yo era como un punto negro en un lugar blanco. Y claro me empezaron a entrar unos sudores fríos por mi cuerpo. Por favor, intentad poneros en mi posición en aquel momento, fue terrible la sensación que no saber que hacer en aquel lugar yo solo sin la posible ayuda de nadie.

 No sabia que hacer, cada vez que salía a la calle o entraba en el Casino era la atracción del lugar, en la calle las chicas – señoritas de pago- me seguían, en el casino los guardas me vigilaban, yo no paraba de entrar en mi habitación, ponía la televisión y solo daban porno chino – tengo que decir que es un poco raro, no entraré en detalles- , hablaba con mi mujer, con mi hermano Santi por Skype, estaba súper agobiado, les decía que no sabía que hacer, no podía fallar pero no sabia como hacer aquel trabajo…Pasé aquel domingo como uno de los peores de mi vida, así pasé el dia, entrando y saliendo del hotel y del casino sin saber que hacer… 

 Era lunes, me levanté de la cama cabreado, tenía que hacer aquel trabajo pues para esto había venido a Asia, para esto había dejado la comodidad de mi trabajo como jefe de fotografía en Barcelona, me pregunte a mi mismo: ¿soy fotoperiodista o un cagón que va a volver a Bangkok diciendo que no ha podido hacer el trabajo porque tenia miedo?.

 Así que me puse mis bermudas – no suelo llevarlas pues me parece muy de turista- y salí del hotel con mi mejor cara de turista despistado. Empecé pidiéndole al guarda de seguridad que me hiciese una foto en la puerta del casino, si no puedo pasar desapercibido voy entonces a llamar la atención todo lo que pueda!, luego le pedí a él que posase para mi, ya tenía una foto!!.

 Vamos a por el resto del trabajo, pensé!! Entré en el casino y busque a Yai, por entonces yo tenia un Iphone 4 y le dije – juro que es cierto- que a mi abuela le enviaba siempre una foto de los casinos que visitaba, a regañadientes me dijo que sacase el móvil e hiciese una foto, ya tengo 2!!

 Las casa de “señoritas“ no estaban abiertas todavía, así que tenia que esperar a la noche para seguir, me fui a dar una vuelta por el pueblo, allí retraté cosas como un perro disecado en la puerta de una casa, visité un mercado donde nadie hablaba ni una palabra de inglés, todos eran chinos, pero conocí a un simpático tendero que me invitó a comer, por cierto buenísima comida, carne y espinacas al estilo chino.

 Y llegó la noche, salí del hotel y en la misma puerta se me acercaron unas chicas, a las cuales mientras simulaba hablar con alguien por teléfono les hice un gesto con la mano de que esperasen así , sin que se diesen cuenta las fotografié , ya tengo 3 fotos!!

 Solo me faltaba algún local de chicas del cual hablaba el reportaje, la única diferencia era que el señor redactor hablaba de multitud de gente en esos locales y allí no había nadie.

así que me acerqué a un restaurante a cenar, en la puerta de dicho restaurante había todo bicho viviente esperando a que alguien viniese a comérselo, serpientes, lagartos, peces e incluso había una pareja de civetas jugando dentro de una jaula esperando sin saberlo que algún comensal acabase con su feliz juego, reconozco que me dieron muchísima pena… pero bueno, señalando algunos platos que comía la gente de las mesas – toda la carta estaba en mandarín – pedí un arroz y algo más que no recuerdo, y unas cervezas para darme valor, pues tras la cena tendría que venir el plato fuerte y el ultimo empujón.

Salí del restaurante y me dirigí hacia el local mas grande de aquel dichoso pueblo, según el reportaje de aquel redactor un montón de chicas estarían en la puerta ante una multitud de gente donde habría una fiesta que haría que nadie advirtiera mi presencia. JA, JA y JA.

 Nada mas lejos de la realidad, nadie en la puerta y no veía prácticamente a nadie en el interior desde fuera. Pasé varias veces, esperé cerca, volví a pasar, volví a esperar…y nada todo seguía igual. Así que en un acto de locura, entre como un loco en el local –dejando la cámara sobre la barra- y mientras gritaba al camarero “Hey man give me a beer!!!, where are the girls? – disparaba mi cámara como un loco, mis berridos simulando a uno de esos borrachos que había visto en las zonas rojas de Bangkok hacia que no se escuchase el ruido de los disparos y no le prestasen atención a la cámara. Juro que nunca que yo recuerde he pasado tanta vergüenza interior. Me tomé un par de ellas y me largué. salí de allí con una estúpida sonrisa en la cara. Ya tenía 4 fotos y se acabó!!!

Por la mañana temprano llamé a Yai para que me acompañase a la zona tailandesa, me devolvieron el pasaporte, me monté en aquella lancha y tengo que reconocer, con el corazón todavía a mil por hora llegue a Tailandia. Entonces si, ahora si que me podía relajar. Cogí un bus que me llevo al aeropuerto y a casa.

 Al cabo de unos días fui a la oficina de AFP y entregué las fotos, Christophe me miro con ojos muy abiertos al explicarle mi experiencia e incluso me aconsejaron no firmar las fotos del interior del casino, pues no sabíamos quien y que podría salir en la foto. Pero no pude evitar preguntarle: He aprobado? Él rió.

Al cabo de unos meses el articulo salió publicado en cuatro paginas. Creo que ahora después de algún tiempo he visto algún trabajo mas sobre este casino, pero creo que este debió ser de los primeros.

 Gracias por leer esta aventurilla

Fotos y texto: JOHN BALI (©Joan Manuel Baliellas)